sábado, agosto 04, 2012

ATILA

     No sé por qué, pero ese fué el mote que me puso cuando me conoció y a partir de ahí, para ella fui siempre Atila.

     A mi modo de ver, a lo largo de la vida uno se cruza con 3 tipos de personas: Las que no te aportan nada, las que te pueden aportar algo (mucho o poco) en un período de tiempo limitado, y las que siempre te aportan algo. Yo soy egoísta, y me gusta rodearme de esta última "especie"; claro que también - consciente o inconscientemente - reconozco haberme aprovechado de ese segundo tipo de gente.

     La persona a la que dedico este post forma parte de esa última bendita fauna. Me enseñó mucho sin querer. Me hizo ver el arte sin explicármelo. Me hizo sentir la pasión sin apasionarse. Consiguió que viera simple lo que muchas veces nos parece complicado. Transmitir "el arte" no es fácil; y menos si uno se empeña en hacerlo. Ella consiguió que se me pusiera la carne de gallina con, en realidad, nada. "Tan sólo", siendo arte.

     Por los cuatro costados, la viera como la viera, escuchara como la escuchara, me llegaba arte. 

     ¡Qué cojonudo es aprender de alguien que no pretende enseñarte!

     Gracias de corazón.

Un beso de tu Atila.