lunes, febrero 19, 2007

TAN CERCA, TAN LEJOS

Suelo tomar café, desayunar y tomar algunas cañas en un bar que hay debajo de mi casa, al que yo le llamo mi cuarto de estar. El caso es que es un lugar muy concurrido, porque está en el centro de Iruña y rodeado de muchas oficinas bancarias. Y se ve mucha gente que va allí para almorzar o comer, todos y todas trajeados.

Hasta hace nada, yo (aunque nunca iba trajeado) me sentía un poco como ellos. Esta tarde, he entrado a tomarme un café como de costumbre y ahí estaban 4 de esos que he comentado, con sus trajes, comiendo un sandwich en la barra, haciendo típicos chistes de esos que sólo entienden los del corrillo: "¡No veáis la cara que puso el interventor cuando le dije que el interés no era nominal sino TAE", seguido de una carcajada general.

Aunque no lo hubiera entendido tampoco antes - de hecho me he inventado lo del chiste, porque no lo es, pero podría ser algo por el estilo - seguro que igual, simplemente por mi status anterior, me habría al menos sonreído. Pero hoy no y sé por qué.

Ya no estoy en ese grupo, no pertenezco a ese mundo. No digo que sea mejor ni peor, pero los he visto esta tarde tan lejos de lo que soy ahora (nada, de momento) que me he dado cuenta de que no tengo ya nada que ver con ese círculo.

Y apenas ha pasado mes y medio. Espero no volver nunca a pertenecer a ese club. Insisto que no porque me parezca malo; simplemente porque sé que no es para mí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vale, has tardado en caerte del taburete, pero ahora que ya estás en el mundo, dime: ¿te ha dolido mucho la ostia?